Para la llegar a la conclusión anterior, se solicito a la mitad de los voluntarios que dejaran de decir mentiras por diez semanas, y tanto ellos como los que siguieron sus vidas normales acudieron al laboratorio semanalmente. Hacia al final de este experimento, se descubrió que quienes ya no mintieron dejaron de sentirse tensos y melancólicos y no mostraron signos de dolor de cabeza o garganta.
Asimismo, estas personas reportaron haber mejorado su interacción social. Por último, una vez terminada la investigación, los participantes de este grupo afirmaron que los beneficios fueron tales que, en lo sucesivo, dejaran de decir mentiras, inventar excusas para justificar sus errores, exagerar sus logros y eludir responder preguntas incomodas. Todo con tal de no articular más mentiras.
Mentiras, ¿por qué debemos...?
1 comentarios:
Write comentariosPuede ser q sea verdad esto
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