El hombre que denunció el hecho es dueño de una sanguchería donde atiende a cientos de clientes; dijo que ya habían utilizado las mayor parte, incluso el mismo se había comido algunos; hasta que en una bolsa a punto de acabarse se encontró con la sorpresa desagradable.
En un principio creyó que el pan estaba quemado; pero luego notó que tenia pelos, en ese momento no dijo nada, para no crear un pánico mayor en los comensales.
Sin duda un hecho muy lamentable que ocurre con muchas panaderías donde encontramos moscas, cucarachas, ratas, pelos, etc.
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