Pero a pesar de todo, por este medio puede averiguar la temperatura con bastante aproximación.
Con su canto el grillo atrae a la hembra, conserva su territorio y reconoce a otras variedades de su misma especie. En otros tiempos el canto del grillo era tan apreciado que los habitantes de muchas naciones mantenían en jaulas a estos insectos así como nosotros hacemos hoy con los canarios.
En china por ejemplo, se les conserva en jaulas tan hermosas que en la actualidad se hallan expuestas en los museos. Algunas se fabrican con calabazas que se habían hecho crecer dentro de botellas para que adoptara la forma de estas.
Otras se hacían de porcelana o de marfil con tapas de jade cincelado. Las menos cotosas se hacían de bambú o de cascaras de coco. En la china Imperial siempre se criaban grillos en el palacio real. En nuestros días todavía se pueden hallar grillos enjaulados en Japón, Italia, España y Portugal.
Estos insectos producen su canto frotando sus élitros el uno contra el otro. Cuando se analiza su canto se descubre que está integrado por una complicada combinación de vibraciones y armonías aunque al oído humano le parece tan solo una serie de chirridos monótonos. En realidad un solo chirrido producido por el grillo común está integrado por tres o más vibraciones.
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