1. Debemos recordar que las aspirinas, la novatropina, la novalgina, etc. también son drogas. Por lo tanto no debemos administrar a nuestros hijos sin que existan motivos serios, o sin la orientación de un medico.
2. En el hogar, todo medicamento debe ser controlado por los padres. No estimule a sus hijos a que se auto mediquen, y conserve los medicamentos lejos de su alcance.
3. De usted mismo el medicamento a su hijo, de manera que lo tome en su presencia. Nunca deje frascos de medicamentos en el cuarto del niño. Y administre siempre la dosis recomendada. En caso de duda, consulte a su médico.
4. No delegue en los ancianos la fundación de dar medicamentos a los niños. En caso de que no pueda evitarlo escriba claramente las instrucciones o explíquelas verbalmente a fin de que no cometan errores.
5. No ponga mucho énfasis en el sabor agradable de algunos medicamentos. Enseñe al niño desde el comienzo que el medicamento es necesario para aliviar un malestar, calmar un dolor o curar ciertas dolencias, y no una experiencia deleitosa como tomar un licuado de frutillas o comer una barra de chocolate.
6. Debe evitarse el uso diario de drogas comunes - incluyendo vitaminas y aspirinas, al igual que los medicamentos recetados. El niño debe aprender, desde muy pequeño, que la decisión de utilizarlos depende del médico o de los padres, por lo menos hasta que crezca y sea lo suficientemente responsable como para tomar sus propias decisiones.
7. Haga un examen de conciencia sobre su propio comportamiento delante del niño. Por ejemplo:
a. Consume usted muchos remedios y con frecuencia
b. Depende usted de alguna droga (Píldora para dormir, tranquilizantes, etc.)
c. Comenta con frecuencia que después de tomar esas drogas se siente mucho mejor.
d. Cuando usted está nervioso o cansando, ¿deja que su hijo lo vea buscando ansiosamente su píldora tranquilizante o una copa de alcohol.
Si usted actúa de esa manera, trate de cambiar su actitud o comportamiento en esas circunstancias.
8. Muestre a su hijo que usted es capaz de resistir cierto estado de incertidumbre o disturbios emocionales sin necesidad de recurrir al uso de drogas.
9. Las drogas no pueden sustituir el amor, el cariño y el afecto. Esos sentimientos ayudan al niño o soportar dolores o dolencias sin la necesidad de muchos medicamentos, y le ayudan a entender que la incertidumbre y el sufrimiento son eventualmente parte de nuestro diario vivir.
10. No existen drogas mágicas que los hagan desaparecer. Algunas solo ayudan a soportarlos.
Mientras tanto en la actualidad las drogas forman parte de nuestra vida diaria, aunque no lo queramos. Trátelas con el respeto que se merecen y cuidadosamente, como una necesidad temporaria para corregir ciertas condiciones físicas o mentales que están fuera de lo normal.
11. Si usted descubre que su hijo toma medicamentos sin su consentimiento, encare el incidente de manera honesta y firme, sin caer en excesivos dramáticos. Trate de establecer buenos hábitos con respecto al uso de drogas de manera que su hijo aprenda a ver en ellas auxiliares de la medicina y no una fuente de placer.
12. Por encima de todo, trate de dar buenos ejemplos por medio de un modo de vida que no estimule el abuso de drogas. Anime a sus hijos para que aprecie las buenas cosas de la vida por medio de experiencias variadas y gratificantes. Él lo hará fácilmente si nota que sus padres aman y disfrutan de la vida sana sin estar apelando, a cada instante, el estimulo químico y artificial de las drogas.
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